viernes, 4 de octubre de 2013

Impacto

Hoy se reconoce que la ciencia y la tecnología tienen un efecto importante en el crecimiento económico, el desarrollo humano y la vida de las personas. El conocimiento es valorado como el factor de mayor incidencia- mayor aún que la tierra, el capital y el trabajo- en la competitividad internacional, así como en el mejoramiento de las condiciones de bienestar de la población.
 
Según la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT), Panamá refleja bajos niveles de competitividad, alto nivel de dependencia científica , elevados costos de producción y poco uso de la tecnología moderna en los procesos productivos. La inversión en ciencia y tecnología es de apenas 0.2% del PIB, una de las más bajas del área, si las comparamos con el promedio de la inversión regional (0.5%), y mas distante aún de lo que aportan países desarrollados como Estados Unidos (3.0%) y la región de Europa (2.0%).
 
Como país, se reconoce que Panamá ha carecido de un esfuerzo sistemático e integral en el campo de la ciencia y la tecnología, como lo han hecho países vecinos como Costa Rica o de la región como Chile. La inserción tardía en el movimiento de creación de organismos de ciencia y tecnología nacionales (ONCYT), tales como CONACYT en México y la CONICET en Argentina, parece haber impedido construir un sistema robusto para impulsar el desarrollo del conocimiento y la tecnología en el país. Sin embargo, durante los últimos años se aprecia un interés creciente en esta materia.
 
En este esfuerzo la educación superior pero, sobre todo, las universidades más grandes del país (Universidad de Panamá, Universidad Tecnológica de Panamá, Universidad Santa María la Antigua), como parte del sistema de ciencia y tecnología, han asumido un papel importante en el desarrollo de la investigación y el desarrollo del conocimiento.
 
Durante los próximos años el país debería preocuparse por atender algunas condiciones que limitan el desarrollo científico y tecnológico y el papel que le corresponde asumir a las universidades como son: la insuficiente inversión en investigación y desarrollo; falta de apoyo a la innovación tecnológica empresarial; insuficiencia de investigadores con niveles de doctorado y postdoctorado en áreas estratégicas; falta de condiciones apropiadas en las universidades para que los investigadores cumplan apropiadamente con sus funciones; escasas relaciones entre la empresa y la comunidad científica, así como la carencia de infraestructura científica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario